Aquí está mi reflejo. Siente cómo abre una rendija por donde se escapa la luz y lanza allí, en ese flujo coloidal, palabras sin significado aparente que acarician o golpean el hipotálamo; y más tarde, cuando el sol se desliza detrás del contorno impreciso de la tierra, se desvanecen entre las sombras de los intrincados bosques dendríticos. Se escapan. Así son los espejismos.

miércoles, 13 de agosto de 2014

¿Por qué, Robin Williams?


            Lo había olvidado, pero ayer recordé cómo a los diez años trataba de unir el meñique con el anular y el dedo medio con el índice hasta formar una V para despedirme de ti cada vez que terminaba Mork y Mindy. ¿Acaso fue una orden de Orson, que con su voz de trueno te dijo que ya era hora de volver a Ork? ¿O es que quisiste revivir el momento en el que Andrew decidió que ya era hora de terminar la vida con algo parecido a la eutanasia? Con seguridad eso fue porque tú no eras de este mundo. Tu versatilidad, esa que nos hacía vivir los personajes como si fuesen reales, esa capacidad tan tuya de hacernos reír, entristecernos, conmovernos y romper contigo los paradigmas establecidos con la intención de alcanzar la felicidad, de sentir la vida en lo profundo, estaba más allá de lo humano.
            Me hiciste recordar a Yasunari Kawabata, quien alguna vez dijo que no veía nada honroso en el hecho de quitarse la vida y luego, en 1972, se suicidó. Alguien llamado Juan Gustavo Cobo Borda lo justificó atribuyéndole una sensibilidad exacerbada… yo podría decir lo mismo de ti, pero en realidad pienso que perdiste la perspectiva, sí, en algún punto la perdiste. La vida no está hecha de puntos discontinuos  en el tiempo, somos un rango que tiende al límite, porque siempre vamos sumando experiencias. Sé que a veces se apagan las luces y vemos solo eso que somos en medio de lo incierto, hay que ver hacia atrás de vez en cuando y observar en la distancia todo lo que hemos sumado porque siempre será parte de lo que somos y seremos en el futuro. Tenemos que detenernos y contemplarnos desde el remanso del río y continuar el camino.
            Pero no estoy aquí para reprochar tu decisión, estoy aquí para decirte que no solo nos hiciste pasar buenos momentos, sino que sembraste buenas semillas en el corazón de mucha gente a través de John, el profesor de literatura que inspiró en tantos jóvenes el amor por las letras; de Patch Adams, con su insistencia de querer sanar a los enfermos a través de la risa y que fue imitado en Venezuela por El Doctor Yaso; de Andrew, que nos enfrentó a la idea de que estábamos perdiendo nuestra sensibilidad hasta el punto de que un robot podía tener mejores sentimientos que nosotros, seres de carne y hueso; del locutor de radio Adrian Cronauer, que nos enseñó a tener fortaleza y el valor que tienen aquellos que nos hacen reír y pasar buenos ratos en tiempos difíciles; ellos entre muchos otros.
            Dejaste un gran legado en la Tierra, espero que en Ork, finalmente, puedas encontrar la felicidad que quisiste para nosotros.

Nano-nano.

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