Aquí está mi reflejo. Siente cómo abre una rendija por donde se escapa la luz y lanza allí, en ese flujo coloidal, palabras sin significado aparente que acarician o golpean el hipotálamo; y más tarde, cuando el sol se desliza detrás del contorno impreciso de la tierra, se desvanecen entre las sombras de los intrincados bosques dendríticos. Se escapan. Así son los espejismos.

martes, 6 de diciembre de 2011

EL AMOR Y LA ESTUPIDEZ




       El amor alimenta nuestras emociones, propicia el almacenamiento de un gran flujo de información y aclara nuestros pensamientos. A pesar de ser cierta esta afirmación, la idea  predominante es totalmente contraria: el amor y la estupidez van de la mano. La razón de esto es porque al comienzo de una relación amorosa (que puede ser establecida con otro ser humano o, un objeto tangible o intangible, porque también se aman las ideas, el arte), lo emocional, lo instintivo aflora de tal manera que deja poco espacio para las ideas lógicas y prácticas. Eso nos hace actuar torpemente. Tenemos los ojos vendados, hay mucha información por develar, somos curiosos, nos gustan los enigmas.  Pero cuando lo emocional y racional entran en equilibrio, es abono perfecto para nuestro avance y el cumplimiento de nuestros objetivos en la vida. No es azar manifestar que este mundo fue hecho por Dios con amor.  No hay creación posible si el amor no está presente.

        Cuando somos felices nuestro cerebro produce ciertas hormonas como la noradrenalina, que favorece la sinapsis entre las neuronas, lo que nos permite la construcción de nuevas ideas y agudiza nuestra inteligencia. Por el contrario, cuando estamos deprimidos, se produce el efecto contrario, nuestro cuerpo fabrica sustancias que destruyen nuestras neuronas, opacando nuestro discernimiento, y ni hablar si en medio de nuestra depresión, añadimos alcohol a la mezcla, se nos nubla algo más que el pensamiento.
 .
                   Lo que es cierto para un individuo, podría ser cierto para su conjunto. Las sociedades avanzan en períodos donde se manifiesta la paz y la unión, cuando todos juntos trabajamos por un fin común y un sentido de pertenencia está latente, allí está presente el amor. En cambio, en periodos de guerra, de división, sólo hay destrucción y atraso. Los conflictos tienen muchos orígenes, y el peor de todos es el ansia de poder, de dominio total, de imponer reglas absolutas que sólo benefician a un sector de la población, y con las que no todo el mundo está de acuerdo. Hitler y Gengis Kan anexaron territorio tras territorio a sus dominios; luego estos quedaron estériles, sin inversión, ni producción, ni desarrollo, sólo se enquistaba la guerra y la destrucción. Maquiavelo en su libro “El Príncipe”  afirma que "el poder corrompe", y de lo corrupto no pueden surgir cosas que beneficien a la sociedad. Es allí donde se alberga la estupidez, en la inmediatez, en la aceptación emocional de ideas sin proyección, en lo ideal en detrimento de lo real. 

Propaguemos, pues, el amor y el bien para facilitar nuestro avance personal y el de nuestra sociedad. Les deseo la mejor Navidad posible, disfrútenla a su manera, como les guste, como la sientan. En el 2012 nos veremos de nuevo. Besos para todos.

lunes, 28 de noviembre de 2011

EN AQUEL JARDIN SECRETO



            Tus besos, allí están tus besos; ocultos entre los árboles, las rosas y el pasto verde. Siempre corro a buscarlos en este mundo lejano, íntimo, sublime, en medio de una paleta de colores danzantes, entre la delicada mezcla de trinos, zumbidos, susurros… Hoy no has llegado y se hace tarde. He traído chocolates belgas en forma de conchas marinas para compartirlos contigo mientras recorremos con los ojos, con los pasos, esta obra de trazos perfectos. Me recuesto sobre el manto verde y miro hacia arriba, contemplo esos vapores condensados que pasan ante mis ojos; me pregunto si estarás aquí antes de que se conviertan en sombras blancas. He pillado un par de pajarillos que están atareados llevando ramitas hasta el árbol cuya sombra me cobija. Bajo este árbol tomaste mi mano por primera vez. Recuerdo que temblaba, todo mi cuerpo temblaba, mis manos estaban frías y sudorosas, y tú no te decidías, no sabías qué decir, cómo decirlo. ¿Será que tú también temblabas? Cerré los ojos un instante y  al abrirlos  encontré los tuyos. La belleza circundante se hizo más bella, cuando surgió otro beso de esos que se esconden en este jardín secreto. 

lunes, 21 de noviembre de 2011

UN OLOR, TAL VEZ UNA IMAGEN



Los olores se procesan en la cabeza. La nariz es como un túnel por donde ingresan las partículas que flotan en el aire; de allí una autopista hacia el cerebro, el gran traductor de estímulos: un olor, tal vez una imagen. En la memoria, un terremoto violento sacude los rincones cuando penetran ciertas fragancias, retumban video clips añejos, sensaciones que creímos pasajeras. Así, la pólvora, el caucho quemado y el vinagre, nos hace revivir alguna marcha caótica, una protesta de esas que se plasman en las avenidas de Caracas, en dónde alguna vez vimos volar piedras, botellas y balas perdidas; y qué decir del sudor rancio aderezado con ajo y cebolla, apto para espantar vampiros, en el que se imprimen maratones urbanos, subidas al Ávila, el agua, el gatorade, el juguito de naranja recién exprimido que nos espera “en la bajadita”, las ganas de seguir adelante a pesar del cansancio; ni hablar de aquel labial grasiento de perfume aborrecible que desaparece al toque de lengua… porque el placer lo borra todo, hasta lo que duele. Olores. Unos agradan, otros no, pero todos se cincelan en la memoria. Lo putrefacto revive la muerte, el mal, la depresión, cuando una fiera tiene miedo emite un olor nauseabundo. Entonces la vida y la belleza en lo limpio, lo sano, lo perfumado.  Aromas, saliva, dientes; la boca traga lo que la nariz acepta, vomita lo que ésta rechaza, tal vez nuestros nietos recuerden esto. El agua, el jabón, aquella fragancia deliciosa, nos permite anidar en el recuerdo de la gente; entramos por la nariz con sigilo y nadie lo nota, las feromonas hacen su trabajo y todos creen en los ojos, le rendimos culto a los ojos mientras los vapores se deslizan y atrapan a su presa. Con el olor seducimos, generamos fantasías,  conservamos nuestra especie. Los olores se ven con los ojos vendados.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

¿POR QUÉ BATMAN?



Batman ha sido siempre uno de mis personajes favoritos. Es algo que va más allá de su aspecto oscuro y macabro. Tal vez, lo que me atrae es su locura, porque hay que estar loco para ser un superhéroe; es necesario el trauma en la niñez que sirva de impulso a ideales que superen el ego, que te den esa fuerza para romper los límites marcados por la sociedad.  

También puede que me atraiga su inteligencia suprema, claro, porque hay que ser inteligente cuando se decide tener un aliado como el Comisionado Gordon. Mucho de los superhéroes actúan al margen de la ley, son fugitivos, al igual que los bandidos cubren sus rostros con máscaras, eso nos causa molestia, pues, no se puede entender que castiguen a los que tratan de hacer la justicia, que al Estado se le escapa. Siempre me ha llamado la atención lo de la Batiseñal, es un dispositivo que solo puede ser usado de noche. La maldad se asocia con la noche, con la oscuridad, pero los delitos cometidos en la luz son aún más escandalosos.

Otro aspecto interesante de este personaje es que es uno de los superhéroes más humanos. Su poder radica en la tecnología, y en un entrenamiento físico fuerte. No es un mutante, no un extraterrestre, es alguien como nosotros; tan humano, que vive atormentado, con muchos conflictos internos. A Batman le gustan las chicas malas, Gatubela, Hiedra Venenosa… por supuesto, son mujeres deslumbrantes desde el punto de vista físico, con desarrollo de ciertas habilidades que las eleva sobre el resto, pero moralmente distorcionadas. Por eso a Batman nunca le atrajo Batichica, porque Barbara Gordon, a pesar de ser atractiva, es moralmente perfecta. Eso es, en cierto modo, un indicador del  compromiso del héroe consigo mismo, con sus ideales, una relación amorosa verdadera arruinaría sus planes, limitaría sus riesgos.

¿Por qué Batman? No lo sé, tal vez llevamos algo de viento dentro de nosotros, un retazo de sombra criminal no revelada sino en nuestros sueños, porque allí no terminan de ser verdad. Porque necesitamos creer que alguien tan parecido a nosotros es capaz de impartir la justicia que se desliza por debajo de la puerta, para que podamos dormir tranquilos, o al menos creamos eso. Tal vez necesitamos creer que merecemos el amor de un ser extraordinario, a pesar de nuestras imperfecciones, y que un instante es suficiente para apoyar el alma. Tal vez sea eso. No importa si eres de Ciudad Gótica o de Caracas, da igual.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

PARA WANGARI MAATHAI



Millones de hojas danzando en el viento, dejándose caer por ti, como lágrimas de fuego, como huérfanas de ramas. Millones de hojas nacidas de millones de troncos, bañados de amor por vientres exhaustos de dolor, los mismos que arroparon la paz y la justicia bajo la tierra negra de Kenya. Siempre fue así, tu cabeza en las raíces, tus pies en el cielo, llevando la humedad al suelo y la erosión a los ojos. Para ti, la lucha y la vida fue  una sola trenza, que, como artesana tejiste con paciencia hasta lograr un cinturón, uno sustentable, perpetuo; porque nunca hay vida sin lucha cuando se busca la trascendencia del mundo.

lunes, 31 de octubre de 2011

INSTRUCCIONES PARA VOLVERSE LOCO




Si usted ha decidido volverse loco, lea este documento que, de acuerdo con la revista Psique, ha provocado distorsiones graves y duraderas en aproximadamente 3,1416 millones de personas desde la época del Renacimiento. Volverse loco no es fácil, requiere tiempo, empeño y mucha paciencia.  Por eso le recomiendo  seguir  paso a paso las instrucciones que se dan a continuación:
Concéntrese en usted y solo en usted. Inhale. Olvídese de todo, de los reclamos, las exigencias, los compromisos… de esta manera desatará los nudos que lo mantienen inmóvil en la realidad. Trate de hacerlo despacio, uno por uno. Exhale. Comenzará a sentirse tan ligero como una burbujita de jabón.

Advertencia: No permita que la burbuja toque el suelo, estallará al mínimo contacto y tendrá que comenzar desde el principio.

Escale la montaña hasta el momento en donde la niebla no le deje ver el valle. Busque un lugar cómodo a la sombra de un árbol, siéntese allí y mantenga  la mirada en el punto focal. Inhale. Una vez aislado y etéreo, comience a meditar. Abra su caja de deseos y extraiga lo más delicioso, embriagador, excéntrico.  Continúe así hasta sentir un alboroto globular, feromónico y déjese llevar por ese viento. Vibre. Mantenga estas sensaciones en su máximo nivel y por el mayor tiempo posible. 

Importante: Si a usted no se le ocurre nada, le recomiendo arrancar y digerir las hierbas de Whitman, abrir la Puerta al Break on through,sentir las pinceladas de Van Gogh en las noches estrelladas, o explorar el canto Inefable de Jorane mientras le hace el amor a su violonchelo.
Ahora láncese montaña abajo  por la pica y sienta el riesgo, las cosquillas, la tensión muscular. Ría, llore y grite como un niño. Salga a la calle e impregne todo acto con estas emociones. Bote su reloj (o deténgalo).  Ajuste su ritmo al de su corazón y siga adelante. La plena exaltación  de su ego lo llevará al contorno del vacío. Sienta el vértigo, supere el miedo, cierre los ojos y salte. Vuele. Respire.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Reed Richards y Luffy, más que un momento de tensión



Si alguna vez Luffy se encontrara con Reed Richards, sin pensarlo entrarían en combate. Un pirata actúa al margen de la ley, es un delincuente, y el Dr. Richards es un justiciero americano. Buscarían un punto de apoyo y tensarían sus cuerpos para luego lanzarse con todas sus fuerzas contra el otro. Intentarían un golpe viajero y sorpresivo, con sus puños, con sus pies. Se inmovilizarían hasta cansarse y verían que todo es inútil, porque su naturaleza es semejante, no importa si fue un Akuma No Mi, o la radiación cósmica. Entonces, la empatía.

Si dialogaran, sabrían que ambos aman la aventura y la libertad, que son como ligas que atan un haz de  personas diferentes. Sin pensarlo, el Dr. Richards estiraría su intelecto y Luffy su espiritualidad para evitar que alguna explosión interna fragmente aquella fusión.  Ellos saben que eso se logra con la afirmación del yo, por eso se refuerzan las habilidades (ya sean humanas o sobrenaturales), por eso se alimentan los sueños y se subrayan las diferencias de cada uno, pero también los objetivos comunes. Juntos son el poder, solos no tanto.

Si profundizaran en sus pensamientos, entenderían que su alto valor por la familia proviene de que ambos son huérfanos. No importa si uno es un pirata o el otro un héroe, ambos necesitan sentir que pertenecen socialmente a algo, con pasión y compromiso, así son las mafias, así los equipos de fútbol.

Y si Susan Storm conociera a Nami por casualidad, en algún puerto americano o japonés, no podrían dejar de discutir sobre cuál de los dos es el mejor amante.

lunes, 17 de octubre de 2011

ATRAPADA EN LA ELIPTICA AZUL

¡Fuego!
Canta un cuervo, dice algo que hiere
Mis orejas se pierden en el cromatismo solar
en la revuelta de los sentidos
perplejos, embriagados
Hojas crujen bajo mis pies descalzos

¡Fuego!
Ingenua risa, aguda- sostenida
efímero aleteo de mariposa en lo eterno
abrazo  de terciopelo
Manchas arcoíris que luchan con el viento
Lluvia sobre mis pies descalzos

¡Fuego!
Galas de cristal en la cabeza
Fantasías distorsionadas por el reflejo
Gélida mirada reversa, escuchando
Lo irremediable del silencio
Hielo bajo mis pies descalzos.

¡Fuego!
Sofocante  pretexto salvaje
Atormentado límbico,
Coloso volcán que funde impío
la quietud, la vergüenza
 Arena tibia bajo mis pies descalzos

¡Fuego!
Lo absurdo, naturaleza cambiante que se viste
se desnuda, se viste de nuevo
y mis pies descalzos allí
danzando en la línea elíptica
al compás de la esfera azul.

lunes, 10 de octubre de 2011

LA ESCRITORA Y SU NUMEN


¡Epa! ¿Qué haces aquí? Me has sorprendido.  Viniste a visitarme sin aviso, y yo, con las ideas en desorden; además, creo que no tengo en mis gavetas lo suficiente para atenderte como mereces.  ¡Qué contradicción me has causado al llegar así!  Aunque a decir verdad, tampoco tú luces bien, pareces un garabato. De cualquier manera, me alegra verte. Ayer te estuve esperando desde que comencé a dar vueltas en la cama por la mañana, hasta que terminé dando vueltas en la cama por la noche. Ayer…ayer anhelaba tu contacto.
Tu compañía es excitante para mí, haces que sienta mis fluidos; pero eres inconstante, no sé si eso lo hace más real o más impropio, lo cierto es que me gustas mucho. ¿Las razones? Son insaciables e indefinibles. Con mil palabras deshago mis límites y rehago mis sueños. Contigo todo es exacto y ambiguo,  instantáneo y eterno.
Dejaría todo lo que me tiene tan ajetreada, para envolverme en tus fantasías. A veces lo logro, ¿sabes? Y es que realmente mi contienda es con Cronos, ese ser inagotable siempre me inventa un obstáculo; desafiarlo, es una provocación. ¿Un cafecito? ¿Un tentempié?
Ahora quiero que te marches. Mis manos se han desplomado, mis ojos se han suspendido en un punto lejano, y las consonancias ahora son disonancias. Siempre me pasa. Elijo quedarme contigo hasta la última gota de sudor (o de tinta). Por favor, no te vayas lejos. Mañana, tal vez muy pronto, te invite a recorrer un laberinto, deshacer un tejido, profanar un secreto o…quizás armemos juntos un rompecabezas. Hasta mañana, ¿hasta mañana?...quién sabe.

miércoles, 5 de octubre de 2011

CONFIDENCIAS ENTRE HULK Y GOKU


     - No sé cómo llegué aquí, cómo es que a veces, cuando despierto de algo que parece un sueño, encuentro todo destruido y desordenado. Siento cosquillas cuando veo la luna llena; me transformo en algo que no soy (¿o en lo que soy realmente?). Voy perdiendo la cabeza, me convierto en gigante, y me dejo llevar por la rabia, crujen mis dientes, estallo, golpeo mi pecho con fuerza, soy poderoso, muy poderoso, esa sensación es deliciosa, irresistible ...  me pierdo y ya no sé más. Cuando despierto, pequeño, frágil, desnudo, la nube voladora me invita a subirme en ella de nuevo y nos elevamos hasta casi tocar el sol; después de todo, sigo tan puro como antes. Tal vez se deba a que soy un niño, y a los niños se les perdonan las travesuras.

     - Tal es mi caso. Quisiera saber que me sucede. En un instante soy, luego dejo de ser. Al principio la luna, ahora mis pasiones. Embrutezco; cuando se desata el odio y el miedo es difícil pensar, cuando el dolor es intenso también es difícil pensar. Mi brutalidad y mi fuerza crecen en la misma proporción hasta que pierdo el sentido… hasta que me pierdo (¿o me encuentro?) Tal vez soy esa verde monstruosidad y Bruce Banner es un traje apretado que se rompe cuando aflora la verdad. ¿Será que la inconsciencia nos salva? A mí no. A mí me persigue el ejercito hasta el último rincón de este mundo. Me gustaría ser un niño como tú para pregonar mi inocencia. Todo esto me molesta, ¿a ti no?
     - Bueno, me molestan los destrozos, las heridas de la gente, de los animales… la muerte de Son Gohan. Al Maestro Roshi parece gustarle esa super fuerza, pero dice que debo aprender a controlarla, dice que en ese momento seré dueño de mi mismo. Rochi no se arriesga, no va a esperar.  Quiere cortarme la cola, dice que todo lo salvaje sale de allí. Yo no quiero, perderé aquella parte de mi que todos temen, pero que sigo siendo yo ¿Y a ti que te molesta?

    - Me perturba el daño que yo pueda hacerle a otros, y especialmente a Betty Ross… además, el ser diferente y que me persigan por eso, perder el control, sentirme con el cuerpo desnudo y con el alma más desnuda aún después de cada episodio de furia, porque algo del espíritu se revela, algo que nunca quisieras mostrarle a los demás. Aaaaaaahg. !Ya basta!, a ti te cortarán esa cola y tus ambigüedades se acabarán allí, no lo lamentes, córtala; yo en cambio, tendré que seguir viviendo una vida errante llena de rabia y de contradicciones hasta el fin, hasta el fin.

lunes, 19 de septiembre de 2011

LA CASA DE TECHO AZUL


Una joven amodorrada en su cama observa el vuelo de los zancudos hasta que se detienen en algún lugar del techo (o de la pared). De vez en cuando, abandona su impúdica inmovilidad, para lanzarles almohadazos intentando estamparlos con su respectiva huella de sangre. De sus orejas salen unos cablecitos que luego se unen y  llegan a su IPod. En su inocencia, piensa, que la música de Níquel Back, esa que le pide a gritos que lo salve, puede acabar con sus estridentes pensamientos. Quiere diluir esas sensaciones molestas, vomitarlas hasta deshacerse de ellas por completo. Mil agujas la atraviesan. Se llama a sí misma “cobarde”. Sus labios quieren llegar más allá de sus mejillas, cerca de su aliento, a su paladar.
            Más tarde, se deshace de su ropa y se sumerge lentamente en la bañera. Tiene fiebre, mucha fiebre, una incomodidad pegada al cuerpo, y la sensación de haberse tragado unos cuantos lingotes de hierro; su sangre burbujea  fustigando su corazón que acelera su carrera con cada golpe. Duele.
            Al salir del baño, se siente dulcemente perfumada y ligera. Selecciona descuidadamente su ropa: una franela, unos jeans rotos y un par de converse, eso le basta. En la franela púrpura se puede leer en grandes letras plateadas “Kiss me”. Peina con mucha dificultad sus cabellos enredados (trabajo que deja inconcluso). Coloca unos toques de Tommy en sus muñecas y detrás de sus orejas.
            Empuja su bing-bag hacia la ventana y se sienta en él; puede ver a lo lejos la casa de techo azul. Allí se deslizan esos pasillos iluminados; y a lo largo de su trayecto, de uno y otro lado, aulas salpicadas de voces distintas en elevación, timbre y entonación. Aquel era el lugar de sus autoflagelaciones, donde entrará un montón de veces más sin resistirse. ¿Era eso masoquismo? Tal vez, pero inevitable.
            Cobarde, cobarde, cobarde, se repite a sí misma. Al verlo, bajo ese techo azul lleno de reglas, se amordaza. Solo consigue proyectar palabras tontas, huecas, atropelladas, mutiladas, dejando el resto escondidas debajo de su lengua. Las que pronuncia él, en cambio, repican en su cabeza como el sonido monótono de su celular, pero a diferencia de éste, no puede apagarlas (ni quiere). Cuando esas palabras logran acariciar su tímpano, la joven gira la cabeza hacia uno de sus hombros y cierra los ojos intentando atrapar las imprudencias.
            Al final de la tarde, la joven se llena de valor y decide rasgar su cautividad. Abre la puerta y mira el el paisaje. Pisa el concreto penetrando el barullo citadino y se llena de sol, de aire, de smog. Camina entre tacones bajos, entre mocasines ejecutivos, entre zapatos deportivos, entre plataformas altas, altísimas, entre botas y botines, entre zapatos limpios y sucios, entre pasos lentos y pasos apresurados. De pronto, la rueda de una bicicleta la tropieza. La joven se detiene, voltea la mirada para ver al imprudente conductor y se paraliza. (¿Y ahora qué?).  Y mientras piensa en esto, él baja su cabeza, tan cerca de la suya que sus labios llegan,  más allá de sus mejillas, cerca de su aliento, a su paladar.
           

lunes, 12 de septiembre de 2011

KENSHIN: UN HEROE PERSONAL


       
Toqué con frescura a ese hombre callado, solitario, indescifrable, de sonrisa infantil con retazos de tristeza, y me estremecí.  Acariciaba la X que se dibujaba en su rostro, tocaba sus cabellos y susurraba en su oído cosas sin palabras. Lo observaba curiosa y me escurría a través de los cerezos, aquellos cuyas flores caen como nieve en primavera. El, mi héroe, caminaba con sus pies despegados de la tierra y su mirada fija en el contorno inquieto del paisaje. Tenía amigos y enemigos efímeros, tan pasajeros, como las formas de las nubes. Aquel hombre sencillo, de ropa sencilla, de pose sencilla, una vez fue un guerrero despiadado, un maestro legendario, un destajador de cuerpos tibios; pero una mañana despertó con el sinsentido del combate en su cabeza, y ese mismo día, en ese mismo instante, decidió invertir el filo de su espada. Yo lo sé, porque él hablaba para adentro, me tragaba, me aspiraba  y yo lo oía. Decía que quería cambiar el paisaje de horror y muerte que veían sus ojos, por otro más armonioso y colorido; todos los colores en un solo trazo, pero ¿cómo dominar el espíritu salvaje? ¿cómo la furia interior?  Entonces comenzó desde adentro hacia afuera, lo pintó para él, día tras día, con pinceladas errantes y a veces erráticas llenas de bondad, de justicia; y así fue salpicándolo todo a su alrededor, sin ir muy lejos, sin pretender ir muy lejos; con su poder bestial oculto en sus articulaciones, en su afán de servicio. Yo siempre estuve ahí, en cada célula de su cuerpo, inyectándole energía y soplando su rostro para refrescarlo en los días agitados. Yo, la imperceptible brisa del Sur.

lunes, 29 de agosto de 2011

VIVIR AUSENTE



Vivir ausente es sentir
  un mundo en los pies, 
otro en la cabeza.

                    Vivir ausente es estar en una arista 
    impenetrable para ellos,
        y también para uno mismo

                                  Vivir ausente no es tener un mundo paralelo,
       porque desintegramos uno
    y tampoco tenemos otro.

         Vivir presente sólo es posible
              en el punto donde se interceptan
  las miradas, las sonrisas.

lunes, 22 de agosto de 2011

EN AQUEL OTAKON



Estabas allí, oculta entre el gentío. Mirabas como perdida aquel mar de fantasía, jugabas a reconocerlos a todos, sabías sus nombres y hasta su intimidad: allí está Ash con su pokebola en la mano, L investigando sobre el escritor de las notas de la muerte, Naruto y su clan, ¡ah! y allí está Luffy con su sombrerito de paja, ¡que gracioso! ¿Cuándo vendrá uno que pueda alargar sus extremidades? En cada hallazgo una emoción infinita y unas ganas de acercarse a conversar sin terminar de atreverse. Entre todos los asistentes buscabas los mejores, los más fieles, los que luego serían los protagonistas del “Slide Show” de tu página de Facebook, los que enviarías por Twitter. Pero más allá de aquel desfile ilusorio, lo que en realidad deseabas era que alguien te descubriera, que te reconocieran; te sentías de vidrio. Tu esperabas ansiosa ese flash que congelaría tu imagen para siempre, creías merecerlo, te esmeraste en cocer tu traje cuidando cada detalle, cada color, cada forma. Fue entonces cuando me viste, tímida y traviesa, a través de los rostros, de las máscaras que danzaban entre el Karaoke y las tienditas de souvenir. Me acerqué y nos miramos unos minutos, sonreímos. Finalmente adoptaste ante mi camarita digital la pose tantas veces ensayada en el espejo de tu habitación, a solas, cuando nadie te veía, la que definitivamente te hizo merecedora de usurpar el nombre de Zelda. Por un momento pensaste que te rescataría de aquella torre en la que te hallabas, en donde te sentías más cómoda con aquel atuendo que sin él, porque llevabas años escondiéndote del mundo. Un público intermitente e inesperado se acercó, nos fotografió, nos creyeron juntos (tu también lo creíste). Pero mientras mi traje verde y mi capucha verde, probablemente te decían al oído que ya no estarías sola, yo esperaba impaciente que aquella marea de flashes bajara, o que algún otro personaje nos interrumpiera para escapar, para seguir explorando mundos, para continuar la aventura. En ese instante dejé allí tu anime-reflejo, con la esperanza de encontrarnos en el próximo otakon.


domingo, 14 de agosto de 2011

LLuvia y deseo


…llueve allá afuera,  y en el establo,
el  potro mueve su cola en la oscuridad.
Aparece una línea de luz que,
con  lentitud,
se  convierte en ángulo recto, luego en acordeón.
El origen, el punto de origen,
es atravesado con fuerza por una bisectriz
que ha descubierto su infinitud.
El potro relincha, corcovea, se encabrita,
y entre las sombras inquietas
comienza  a arreciar.

En cada gota la paz, la redención, la libertad.
Llueve allá afuera, y en el establo,
El potro duerme.