Aquí está mi reflejo. Siente cómo abre una rendija por donde se escapa la luz y lanza allí, en ese flujo coloidal, palabras sin significado aparente que acarician o golpean el hipotálamo; y más tarde, cuando el sol se desliza detrás del contorno impreciso de la tierra, se desvanecen entre las sombras de los intrincados bosques dendríticos. Se escapan. Así son los espejismos.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Un océano en la ciudad



¿Sabes?  Aún visto de azul; los peces discurren en el ruedo de mi falda bordada de corales. Los cangrejos tamborilean sobre las piedras mientras espero el cambio de luz.  Un caracol se ha metido en mi oído para sentir los latidos amordazados que retumban en cada ocaso. El viento juega con mi vestido levantando un oleaje emancipado que muere en la playa. 

¿Sabes?  El tráfico se vuelve rutina al igual que el smog, por eso olvido que el tiempo gotea y que mis pulmones se agrietan. De nuevo la brisa, los peces se alborotan en ese borde entre corales, y pienso, el azul no sabe convivir con éste ruido de cornetas, motores, gritos.  Vivimos entre sombras, por eso insisto en el oleaje mientras voy por la ciudad.

2 comentarios:

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  2. Un océano interno que se desliza suavemente hacia la costa.

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