Aquí está mi reflejo. Siente cómo abre una rendija por donde se escapa la luz y lanza allí, en ese flujo coloidal, palabras sin significado aparente que acarician o golpean el hipotálamo; y más tarde, cuando el sol se desliza detrás del contorno impreciso de la tierra, se desvanecen entre las sombras de los intrincados bosques dendríticos. Se escapan. Así son los espejismos.

lunes, 15 de octubre de 2012




Quiero un corazón sin sello,
un corazón bañado de mar,
un corazón de chocolate,
un corazón sin contorno,
un corazón de fuego,
un corazón con polvo de estrellas,
un corazón con ritmo de jazz.

Sí,  eso quiero, y ustedes también.
Pero el mundo es de hierro y concreto, golpea lo blando hasta lograr una hiperqueratosis que deforma el alma hasta que toca el infierno.

No quiero un corazón del Ártico,
un corazón contaminado,
un corazón que se oculta,
un corazón sin ancla,
un corazón estático,
un corazón craquelado,
un corazón de piel de naranja.

No, así no lo quiero, y ustedes tampoco.
Pero el mundo es de hierro y concreto, y entre sus sombras lo acoge, tal vez se levante un día, se lave con lágrimas y se eleve al cielo.

1 comentario:

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