Aquí está mi reflejo. Siente cómo abre una rendija por donde se escapa la luz y lanza allí, en ese flujo coloidal, palabras sin significado aparente que acarician o golpean el hipotálamo; y más tarde, cuando el sol se desliza detrás del contorno impreciso de la tierra, se desvanecen entre las sombras de los intrincados bosques dendríticos. Se escapan. Así son los espejismos.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Groot y el silencio



“Ninguna palabra puede decir tanto como el silencio.”
                                                    Yasunari Kawabata

            Ningún personaje de Marvel me había impactado tanto como lo hizo el Groot en la película Guardianes de la Galaxia. Es un ser muy espiritual. Su silencio y cada una de sus acciones, que además no son muchas pero contundentes,  contrastan con el entorno oscuro y violento en el que le toca desenvolverse. Ese asombro que Groot despierta en nosotros nos conmueve y genera contradicciones internas por derivarse de un ser que a simple vista parece tonto, pero también nos lleva, de manera inconsciente, hacia un ente introspectivo, meditativo. Una sabiduría más allá de las palabras se revela en la quietud. Me hizo recordar el hecho bíblico de que el amor excede a todo conocimiento: El amor nunca dejará de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará, (1Corintios, 13-8).  Así es Groot. Nos da una imagen de protección, es profundamente leal, humilde e inclinado a sacrificarse por los demás. Siendo el personaje más ajeno a lo humano, resulta el más humano, siendo el más alejado de la  belleza, es el más bello.

Si nos vamos al cristianismo, Jesús trasmitía el conocimiento a través de parábolas, no usaba el lenguaje directo; de la misma manera lo hace el budismo Zen, trasmite sabiduría a través de cuentos y koans, advirtiendo que los conceptos pueden señalar el camino, pero no son el camino. Para lograr lo que ellos denominan la iluminación meditan en silencio, abstrayéndose de las palabras, del pensamiento superficial y entrando en contacto con la naturaleza verdadera y profunda. A propósito de esto, Bodhidharma dice que las palabras nos separan del mundo y que la experiencia directa nos remite a la verdadera naturaleza de la vida, de la realidad y de nosotros mismos. En la mayoría de las religiones la oración y el silencio ocupan un lugar prominente.

 Durante toda la película lo único que se le oye decir a este curioso personaje de Marvel es I’m Groot, y al parecer es todo lo que necesita ese ser capaz de generar luz en medio de la más absoluta oscuridad, de obsequiar flores para dibujar una sonrisa en el rostro de una niña, de perder la vida protegiendo a otros… y de esa manera se multiplica y se dispersa por el mundo (es una imagen cristiana). Su gesto y su silencio son poesía. La genialidad de sus creadores está en haberlo hecho árbol: los árboles no hablan, y sin embargo, nos dan el oxígeno que necesitamos para vivir, nos protegen del sol y de la lluvia, nos dan alimento y su madera de infinitos usos. Sin lenguaje hace posible la vida.

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