Soy de aire
el mismo que sostiene
mis alas de fuego impermeable
mi pecho desnudo y firme
ligera, transparente.
Acaricio invisible lo que quiero,
terciopelo rosa, matiz violento
y cuando quiero hago trizas
las paredes, las puertas corredizas
también los puentes de bases roídas.
Soplo a millas las culpas,
que flotan en el agua inquietas,
esconden ciclones rojos
movidos a empujones
por las piedras que caen al río.
Soy inasible,
sin color aparente que etiquete,
el ritmo de mi danza
mis caderas revueltas
en el placer de envolver al mundo,
o de jugar con las crines de un caballo alado.
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