Aquí está mi reflejo. Siente cómo abre una rendija por donde se escapa la luz y lanza allí, en ese flujo coloidal, palabras sin significado aparente que acarician o golpean el hipotálamo; y más tarde, cuando el sol se desliza detrás del contorno impreciso de la tierra, se desvanecen entre las sombras de los intrincados bosques dendríticos. Se escapan. Así son los espejismos.

miércoles, 26 de febrero de 2014

Se nos fue Paco de Lucía.


             Hoy murió otra joya musical de nuestro mundo: Don Paco de Lucía. Crecí escuchando sus acordes, admirando sus melodías flamencas. Y como el mundo gira y siempre te sorprende, me tocó asistir al 7mo Festival de Flamenco de Washington, DC (2007), que se llevó a cabo en el Lisner, Auditorio de la Universidad de George Washington. Lo acompañaron en su performance la Bienal de Sevilla, la Compañía Rafaela Carrasco y nada más y nada menos que el Ballet Flamenco Sara Baras. Una noche inolvidable para todos los que asistimos al evento, donde "Entre dos aguas" , fue pedida por el público a viva voz y con esa melodía se cerró el concierto.

          Paco de Lucía fue uno de los guitarristas más grandes del mundo,  cautivandos durante más de 40 años con su estilo sin igual, con su innovador flamenco mezclado con los más variados ritmos internacionales, incluyendo la salsa y el jazz, redefiniendo y dándole vigor al género. No puedo dejar de mencionar su colaboración con Camarón de la Isla, John McLauglin y Chick Corea. Para nosotros es un gran honor su versión de "Moliendo café", de nuestro compositor venezolano, Hugo Blanco.

          Ese 8 de febrero de 2007, el Washington Post reseñó lo siguiente:
"Lucía sabe cómo escribir una historia musical, cómo seducir y sorprender a su público y cómo construir una pieza desde un reflexivo inicio hasta un enardecido final..."

            Por aquí les dejo la versión de Paco de Lucía de Moliendo café y Entre dos aguas, que las
disfruten.

https://www.youtube.com/watch?v=HjUhKyDW2Jg
http://www.youtube.com/watch?v=2oyhlad64-s

domingo, 9 de febrero de 2014

Purgatorio



            Reflexiones profundas y racionales, en confrontación con ensoñaciones espirituales, subsisten en la búsqueda de la liberación de un alma encadenada que busca su ascenso.  Así es la poesía expresada por Luis Gerardo Mármol en su “Purgatorio”, editado por la Editorial Eclepsidra en el 2011.  Mientras recorres sus líneas, escritas con un lenguaje culto y una lírica que nos recuerda el Siglo de Oro español, tienes la sensación de ser tocado por golpes de madera y de viento, ya que bajo las mismas se esconde la turbulencia del ser enfrentado a la idea de Dios:
“Libre albedrío, libertad a medias
que las máscaras ahoga al prodigarse,
y sin la cual no puede imaginarse
historia o ley:
                    Cuando tu insomnio asedia
a duras penas de tu altar me cuelo.”

            En su libro, Mármol explora  sus raíces más íntimas  bajando por la espiral descendente de sus emociones hasta la casa materna, la muerte de seres queridos, su relación marital o nombrando las sabias palabras de su abuela, revelando la riqueza de su mundo interior:
“Toda mi vasija
 es un gran caracol.
Allí puedo oler un mar entero,
y si acerco el oído
oigo el viento del origen,
que está dentro del caracol
donde está todo el universo.”

            Quien se sumerge en la lectura de “Purgatorio”, se convierte en confesor y espectador de toda la luz, las dudas y  las flores blancas arrojadas en su recorrido penitente hacia el Paraíso, con el riesgo de quedar atrapado por la agudeza y la sensibilidad de sus percepciones en algunos pasajes:
“Quien se hunde en el mar camina por los campos del cielo.”
“la mirada del amor es la misma en los hombres que en los animales”

            Es imposible acercarse a este texto sin recordar a Dante o Virgilio y su ascenso por la montaña; es un discurso poético que verdaderamente sorprende y conmueve.

“Todo cuanto he dicho es sólo posible contigo,
Y si para algo sirve mi poca fe, es para asegurarte
Que también he de asirte para retenerte;
Y al hacerlo así,
He de sanarte para siempre.”