Aquí está mi reflejo. Siente cómo abre una rendija por donde se escapa la luz y lanza allí, en ese flujo coloidal, palabras sin significado aparente que acarician o golpean el hipotálamo; y más tarde, cuando el sol se desliza detrás del contorno impreciso de la tierra, se desvanecen entre las sombras de los intrincados bosques dendríticos. Se escapan. Así son los espejismos.

martes, 24 de diciembre de 2013

Navidad post-electoral 2013




Arbol de Navidad, metálico              La navidad es verde y es azul; siempre verde y azul con pizcas de color.  Sin el pino moteado de nostalgia, ¿cómo sería?  Pero el aire turbio lo cambia todo.  Se apagaron mil luces  en el valle, la montaña es un muro. Ahora las fiestas son gris pizarra y no hay borrador. Las gaitas suenan anacrónicas,  Paradura infinita. Diciembre se proyecta como un mes de alegría y abundancia compartida, pero también hay dolor, hay gente enferma, muerte, familias rotas, carencias e infamias. Este año 2013 le ha abierto la puerta a la incertidumbre y esa puerta está llena de sombras. ¿Acaso se ha perdido la llave de la esperanza? Busquemos agua limpia, cantemos bajo la lluvia, hay que adorar al Niño que viene desnudo colgado de una estrella. Donde se apaga una luz, hay que encender 12 velas. Debemos cuidar el bosque, proteger sus retoños: no queremos un suelo estéril, ni bambalinas huérfanas.

¡Feliz Navidad!